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Introducción


En el siglo XIX, después de 3 siglos de colonización, inicia México su vida independiente. Para constituírse como nación, va a enfrentar múltiples problemas de orden económico, político y social, además de otros que tenían que ver con los diferentes espacios físicos que habitaba la población, fuese en campo o ciudad. Particularmente el Distrito Federal que había sido designado ser la capital de la república, confrontaba serias necesidades, debido al creciente número de habitantes, en 1803: 137,000 lo poblaban, por lo cual enfrentaba dos graves problemas, que tenían que ver con el agua:

a) En 1382, 1449 y 1500 tuvo fuertes inundaciones, durante la Colonia la más grave duró de 1629 a 1635 y costó cerca de 30,000 muertos. Las cifras registradas, señalan que en 1624, quedaron 400 familias de 20 mil españoles y criollos. Los derrumbes, hambre y enfermedades dejaron una ciudad, llena de pantanos y lodazales, por lo que incluso se pensó en trasladar la capital a la ciudad de Puebla.





b) Ya en el siglo XIX, la situación y crisis es agudizada, por los efectos de la lucha por la independencia. El hambre, inflación y carestía, golpeará sobre todo a los pobres, quienes por la carencia de agua o por que consumían agua altamente contaminada, padecerán dos grandes epidemias: en 1813: tifo y otra de Cólera en 1833.

El abastecer de agua a la ciudad siempre ha implicado un gran esfuerzo, la preocupación la tuvieron tanto conservadores como liberales y los que más padecieron su escasez, fueron los que habitaban las zonas más alejadas del centro, en este caso, las del norte y las del oriente de la capital, ya en 1860, había una población de 160,000 habitantes.





Con el triunfo de los liberales, las luchas por el control de la nación, no cesaron, pero a medida que se avanzó en la amortización de los bienes del clero, la "fisonomía de la Ciudad de México”, va a cambiar: se abren calles, construyen viviendas y "la segregación social" se acentúa, las familias más ricas salen del centro para ubicarse sobre el Paseo de la Reforma o irse a Coyoacán o San Ángel, zonas con mejor medio ambiente, mientras las clases populares, se establecen en nuevos fraccionamientos sin servicios, construcciones deficientes o casas de vecindad.



Es claro que será también el centro de la ciudad, donde se vivirán los efectos de las acciones abusivas de las potencias extranjeras europeas (intervenciones francesas) y sobre todo por Estados Unidos, (guerra intervencionista). Estudios recientes, muestran que la anexión de Texas y el Tratado Guadalupe Hidalgo, permitió al vecino del norte, apropiarse del territorio mexicano y de una gran cantidad de reservas de agua superficiales y subterráneas. (Gian Carlo Delgado Ramos, Agua y Seguridad Nacional. p.46).




Si bien fue cierto que los cambios e innovaciones de la revolución industrial: telégrafo, teléfono; iluminación (trementina) y los tranvías, llegan primero a la ciudad de México, los problemas antes mencionados siguen exigiendo soluciones, por ello, primero se traía agua de dos acueductos, que resultaban insuficientes, al grado que en 1883 se “arrendó agua del acueducto de Guadalupe” y diez años después se compran las aguas que llegaban a la casa repartidora de Río Hondo. El resto se abastecía de pozos, lo que generaba otros problemas: el hundimiento, que para esas mismas fechas era de cinco centímetros por año.

Por lo anterior, la búsqueda de soluciones siempre requirió de acciones: desde Humboldt, él propuso continuar el Tajo de Nochistongo; Juárez y Maximiliano, cada uno iniciaron medida, será Porfirio Díaz, quien con inversión extranjera (la norteamericana Mexican Prospecting y la británica S. Pearson &) avance en la construcción de la segunda salida artificial para el drenaje del valle de México: el Gran Canal del Desagüe y el primer Túnel de Tequisquiac. La población para entonces duplicada, pues había crecido a 345,000, quizá celebró más que el régimen la inauguración de esta obra, en 1900.




Algunas necesidades sociales, exigen medidas radicales inmediatas, sin valorar los efectos a mediano y largo plazo..

Es importante hasta aquí reflexionar sobre la importancia y el significado que ha tenido, en diversos aspectos el hecho de haber sacado el agua de la cuenca del valle de México, cuestión que como vimos, se inició en la Colonia y continuó con el mismo ímpetu a lo largo del siglo XIX y aunque el agua no se apreciaba en la misma forma que hoy en día, ya era de primera importancia para la agricultura y México era país básicamente agrícola.

¿Ubicas el problema… y su origen?
¿En estas condiciones el agua era una riqueza o una plaga?
¿La solución fue la correcta?